Impredecible e inesperada, siempre se las arregla para molestar, a pesar de la defensa que nuestro estímulo de cerrar los ojos nos proporciona. Primero sentimos una molestia, pero hacemos caso … Continúa leyendo Molestia cotidiana.

Impredecible e inesperada, siempre se las arregla para molestar, a pesar de la defensa que nuestro estímulo de cerrar los ojos nos proporciona. Primero sentimos una molestia, pero hacemos caso … Continúa leyendo Molestia cotidiana.